26 de agosto, lunes
Amanece con bruma y el frescor húmedo
de la mañana obliga a abrigarse, pero tenemos el clima perfecto para caminar y
también ganas, así que, tras el desayuno y las fotos de rigor, emprendemos la
marcha encontrando, apenas a un kilómetro de distancia, los restos
rehabilitados del Hospital de Santa Cristina, construido en la Edad Media y ya
mencionado por Aymeric Picaud en su Codex Calixtinus (año 1.139), primer diario
de peregrinos conocido. Enseguida pasamos por la estación invernal de Candanchú,
que está absolutamente desierta, y bajamos a la N-330 que se encuentra en obras
debido a desprendimientos, caminando por ella unos kilómetros hasta retomar el
Camino valle abajo junto a un incipiente río Aragón.
Nos topamos con unos bunkers de
hormigón y unos fuertes defensivos mimetizados con el paisaje. Más adelante
observamos las maniobras de transporte de un helicóptero así como los
ejercicios de escalada que están realizando unos militares, y al poco,
arribamos a Canfranc estación donde toca bocata en el bar de las tortillas en
el que cenamos anoche.
La Estación Internacional de Canfranc
se inauguró el 18 de julio de 1928 y prestó servicio como tal hasta el 27 de
marzo de 1970. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue utilizada por los nazis
para transportar desde España el wolframio que empleaban en el refuerzo del
blindaje de sus tanques y también para trasladar desde Suiza oro fundido en
lingotes, la mayor parte dirigido a Portugal y de allí a países de Sudamérica. Tras
diversas fases de restauración, en 2012 pasó a ser propiedad de la Diputación
General de Aragón que, al parecer, tiene intención de darle un uso hotelero,
comercial y cultural. Actualmente, Renfe
tiene activa una línea de media distancia entre Zaragoza y Canfranc con dos
relaciones diarias en cada sentido.
Por el arcén de la carretera llegamos
a la central de Canalroya, atravesamos un corto túnel y bajamos al pié de la
presa de Canfranc, cruzamos el río por un puente de madera y nos sumergimos en
un precioso sendero arropados por frondosa vegetación que nos llevará hasta
Canfranc pueblo. En la orilla de enfrente, junto a la carretera, se observa
majestuosa la Torre de Fusileros (s.XIX), fortificación militar de sillería hoy
dedicada a sala de exposiciones.
Tras tomar unas cervezas en la plaza
del pueblo, lo abandonamos por el puente medieval siguiendo río abajo hasta
pasar junto a la entrada de la Cueva de las Güixas (brujas), gruta de
estalactitas y estalagmitas visitable pero cerrada a estas horas, y muy pronto
llegamos a Villanúa.
Los orígenes de este pueblo datan de
la aldea que se constituyó en la Edad Media para dar cobijo a las gentes
llegadas para explotar las fértiles tierras de la ribera del río Aragón,
alcanzando su esplendor al principio del siglo XX con las obras del ferrocarril
de Canfranc. Hoy es un pequeño municipio de preciosas casas de piedra dedicado
al turismo y a los servicios.
Nos ubicamos en el
albergue-bar-restauranteTritón, donde conocemos a una simpática pareja formada
por la barcelonesa Laura y el ateniense Christos que van haciendo etapas muy
cortas y con los que departimos un rato en el bar. Luego, charla y paseo por el
pueblo hasta la cena en un mesón cercano mientras vemos ganar por los pelos al
R. Madrid en Granada (0-1).
LAS HUESTES DE PANCHO VILLA PREPARADAS PARA LA MARCHA
AHORA SÍ. YA ESTAMOS TODOS
ARRIBAMOS A CANDANCHÚ
LA CARRETERA ESTÁ EN OBRAS
REFUGIO DE MONTAÑA
A FALTA DE NIEVE...
UN BUNKER
SE ENTRA POR AQUI
INTERIOR
ESTE OTRO OCUPA TODO UN CERRO
MILITARES ESCALANDO
ENTRADA AL ANTIGUO TUNEL FERROVIARIO
CENTRAL ELECTRICA DE CANALROYA
PRESA DE CANFRANC
TORRE DE FUSILEROS
CERVECITA EN CANFRANC PUEBLO
EN LA PLAZA ONDEA LA BANDERA REPUBLICANA
PUENTE MEDIEVAL
CUEVA DE LAS "GÜIXAS"
CEMENTERIO DE VILLANÚA
ESTE HA SALIDO CORRIENDO
MODELO A TENER EN CUENTA PARA CUANDO TOQUE LA BONOLOTO
AQUÍ NOS QUEDAMOS
LOS HERMANOS LÓPEZ EN SUS APOSENTOS