30 de agosto, viernes
La salida de Ruesta se realiza por un
sendero en bajada pronunciada hasta llegar a un camping, que parece abandonado,
junto a la ermita románica de Santiago en las mismas condiciones. Desde aquí se
inician unos 4 km de subida al monte Fenerol por un camino forestal cuya
pendiente se va endureciendo a medida que nos acercamos al alto. Una vez
allí, apetece quedarse un rato
deleitándose con las vistas del pantano de Yesa y de la sierra de Leyre al
fondo.
Faltan unos seis kilómetros para
llegar a Urdúes de Lerda donde vamos a
almorzar, y los recorremos bajo un sol de justicia sin una sola sombra para
protegerse. Caminamos un rato por una
calzada empedrada para el paso del ganado y bajamos, cada vez más deprisa,
hacia el lavadero que ya se ve a la entrada del pueblo, en el que Miguel y
Antonio nos esperan con la mesa puesta.
Tras refrescarnos en las frías aguas
del lavadero y almorzar plácidamente, subimos al pueblo a tomar unos helados y
unos cafés a los que nos invita Andrea. Pronto retomamos la ruta que desciende
suavemente hacia Sangüesa, para el que nos quedan unos 10 km, bajo una solanera y por una polvorienta pista que discurre entre campos de cereal, donde
se amontonan las alpacas de paja cuya sombra aprovechamos de vez en cuando para
descansar.
Un letrero labrado en piedra nos
indica que abandonamos Aragón para entrar en Navarra y, un poco más adelante,
el camino se convierte en pista asfaltada que serpentea entre un gran número de
casas rurales, todas ellas con su huerto de hortalizas, llevándonos hasta los
arrabales de Sangüesa. El albergue tiene muy pocas plazas y como llevamos esa
marcha tan peculiar que nos hace llegar los últimos casi siempre, pues no hay
sitio. Pero no hay mal que por bien no venga, así que nos instalamos en la
Pensión del Peregrino, a la entrada del pueblo, que es una casa particular que
alquila habitaciones a un precio módico,
ocupando toda la primera planta y dedicando la mayor parte de la tarde al aseo,
descanso y colada.
Los amigos italianos se han ofrecido
amablemente a cocinar pasta esta noche para nosotros, así que, perfectamente
"maqueaos", nos presentamos en el albergue para ayudar, pero ya está
todo en marcha y la cocina es muy pequeña, por lo que aprovechamos para dar una
vuelta por el pueblo para conocerlo un poco y tomar unas cervezas hasta la hora
de la cena.
Han preparado la pasta de dos formas:
una parte con anchoas y brócoli y otra con tomates sherry, ambas
riquísimas. Además, Marga ha cocinado
unas tortillas de patata deliciosas. Se unen también al festín otro italiano,
Michele, simpático y guasón, y un holandés del que no recuerdo el nombre, que
participan aportando la bebida. Más tarde, comparten las copas dos de los
frailes alemanes, pero se retiran pronto. La divertida cena casi deriva en
fiesta, pero estamos en un albergue y hay gente que nos pide poder dormir.
Mañana continuará la cosa.
SALIENDO DE RUESTA
ERMITA ABANDONADA DE SANTIAGO
VISTA DEL PANTANO DE YESA Y DE LA SIERRA DE LEYRE AL FONDO
CUIDADO CON EL BANDERILLERO
URDÚES DE LERDA
NUESTROS CHEFS
AMOR FRATERNAL
UNA OLIVITA PORFA
GRACIAS
EL SOL NOS ACHICHARRA
DEJAMOS ARAGÓN Y ENTRAMOS EN NAVARRA
IN MEMORIAM
TRIO DE PICADORES
LA COCINA ESTÁ PETADA
TORTILLAS Y PASTA
ALFONSO Y ANDREA SE AFANAN CON LA PASTA
JULIÁN CON EL ALLIOLI
MICHELE, BUEN ELEMENTO
SALIENDO DE RUESTA
ERMITA ABANDONADA DE SANTIAGO
VISTA DEL PANTANO DE YESA Y DE LA SIERRA DE LEYRE AL FONDO
CUIDADO CON EL BANDERILLERO
URDÚES DE LERDA
NUESTROS CHEFS
AMOR FRATERNAL
UNA OLIVITA PORFA
GRACIAS
EL SOL NOS ACHICHARRA
DEJAMOS ARAGÓN Y ENTRAMOS EN NAVARRA
IN MEMORIAM
TRIO DE PICADORES
LA COCINA ESTÁ PETADA
TORTILLAS Y PASTA
ALFONSO Y ANDREA SE AFANAN CON LA PASTA
JULIÁN CON EL ALLIOLI
MICHELE, BUEN ELEMENTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario